LA HOJA DE ENCARGO COMO GARANTÍA PARA EL ABOGADO Y PARA EL CLIENTE.

        A pesar de ser un tema sobre el que se ha escrito y se escribe mucho, no está de más recordar la importancia de suscribir la hoja de encargo con nuestros clientes. Y es que,  cuando un ciudadano formula una queja contra un Abogado, a éste le resulta fácil acreditar quien era su abogado, pues consta en los Autos, o en el expediente administrativo,  pero      cuando es el Abogado el que tiene que probar que no recibió, o recibió instrucciones en un determinado sentido, por ejemplo el recurrir o no una sentencia, ya la cosa se complica, pues como norma general NO suscribimos una hoja de encargo en la que se hagan constar de manera expresa y minuciosa lo que constituye o no el objeto del encargo, dificultando la prueba en un procedimiento disciplinario o judicial llegado el caso.

         Por tanto y teniendo en cuenta que el encargo profesional a un Abogado es equiparable al arrendamiento de servicios, aunque lleva algunas características del mandato, es absolutamente recomendable el suscribir un verdadero contrato en el que se haga constar el objeto del mismo, el precio, fase del procedimiento, tratamiento de datos de carácter personal, etc.

         De igual manera es aconsejable que cuando recibamos instrucciones de los clientes en un determinado sentido lo solicitemos por escrito para no tener problemas, pues de haberlos, la carga de la prueba caerá sobre nosotros (instrucciones de no recurrir, o de recurrir, por ejemplo).

         Es conveniente establecer la fórmula de esas comunicaciones, dejando constancia en la hoja de encargo la misma. Por ejemplo, si se acuerda entre la partes que las comunicaciones serán por email, establecer que email será el destinatario y remitente de dichas comunicaciones, o qué número de teléfono, pues muchos clientes despues de la sentencia cambian misteriosamente de móvil… Asimismo, en caso de multipartes, establecer quien será la persona encargada de comunicar con el letrado, para evitar disensiones que puedan afectar al encargo profesional, por ejemplo en las herencias, cuando resulta que vamos a cobrar y un hermano nos dice que el no nos contrató sino que fue su hermano tal…

En definitiva, debemos acostumbrarnos a redactar y firmar una completa hoja de encargo como garantía para nuestro cliente y sobre todo para nosotros.

 

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